martes, 30 de noviembre de 2010

Niños mapuche presos: “No queremos que les pase esto a nuestros hijos, ni a nuestros nietos”

tomado de http://paismapuche.org

Nov 25, 2010

Entrevista realizada por Julieta Vargas, investigadora de la Fundación de Apoyo a la Niñez Desprotegida (Anide), al interior de la cárcel para menores de Chol Chol.


Luis, Cristian, José, quisiéramos saber en su voz cuál es la situación que enfrentan.

Parto yo. Mi nombre es Cristian Alexis Cayupán Morales y soy del Lof Muko. Llevo aquí más de 11 meses esperando la preparación del juicio oral, que se ha suspendido una y otra vez. Tengo a mi papá enfermo hace unos años de cáncer terminal y no me gusta estar lejos de él.

Yo pienso que se han cometido muchas injusticias con nosotros los niños, los menores de edad. Por ejemplo, cuando a mí me detuvieron, me torturaron, me amenazaron con mi familia diciendo que les iban a hacer daño. Me pegaron, torturaron sicológicamente y físicamente.

Aquí el tiempo se pasa así triste, mucha pena se pasa aquí. A pesar detodo lo que hemos hecho, los escritos y una huelga de hambre, seguimos aquí. Por aquí seguimos resistiendo como podamos porque más no se puede hacer: ya estamos aquí, ya nos tienen ellos y hay que luchar no más, con nuestra fuerza, con nuestra mente y pedirle el apoyo a la gente que lea esto.

Nosotros queremos decirle de la injusticia que se comete con los niños mapuche, con el pueblo mapuche, y que nosotros no queremos que le pase esto mismo a mi hermano, a mi hijo, a mis nietos.

¿Qué está está pasando hoy, Cristian, en tu comunidad?

En mi comunidad ahora ya no hay jóvenes, quedan las mamás, las abuelas, los niños chicos. Son esos los que están quedando y siguen reprimiendo, siguen buscando a más niños para engañar y tratarles de sacar información con amenazas.

¿Qué tipo de engaños viven los niños y niñas en las comunidades hoy?

A los niños chicos les regalan cosas, les llevan juguetes, les traen galletas, pastillas, y les preguntas cosas, van a visitarlos a la escuela, y si los pillan en la calle los interrogan y los amenazan.

A casi dos meses del término de la Huelga de hambre, ¿Qué sacas en claro?

Yo no hice huelga porque mi papá está enfermo y tenemos problemas económicos. Pero yo encuentro que es injusto que los jóvenes tuviéramos que llegar a la huelga de hambre para conseguir algunas cosas, aunque casi no se consiguió nada. Se tuvo que arriesgar la vida de adultos y también de niños.

Luis, ¿podrías hablar de ti y explicarnos cuál es tu situación?

Sí. Mi nombre es Luis Marileo Cariqueo y soy de la comunidad Cacique José Guiñón de la comuna de Ercilla. Yo ya voy a cumplir siete meses en este lugar. Yo veo que la injusticia que se ha cometido en contra de nosotros ha sido grande porque no han respetado nuestros derechos de ninguna forma.

Nos han sacado de nuestros colegios, nos han alejado de nuestras familias, nos han torturado, nos han acusado de terroristas, que no lo somos, y nos tienen aquí prisioneros.

Recuerden que el peñi Leonardo Quijón también llegó un día acá, herido de una pierna, y estuvo alrededor de seis meses. Él logró demostrar su inocencia en el juicio oral, pero nadie se hizo responsable de los seis meses que él estuvo prisionero, de todo el daño psicológico que le causó y que nos está causando a nosotros también.

La verdad es que es irreparable, porque nos mantienen prisioneros cuando nosotros sabemos que en ningún país se le ha acusado de terrorista a un menor de edad. ¿Y por qué nosotros sí?

Yo fui partícipe de la huelga de hambre. Pasé 42 días sin probar alimento. El gobierno nos ha dicho que nos quitó la Ley Antiterrorista, pero cuando pedimos las cautelares, no nos las dan porque la modificación que le hicieron a la Ley no ha sido verdadera, no ha sido completa.

El gobierno ha engañado a los niños y jóvenes porque seguimos acusados de terroristas y no nos quieren dar la libertad.

A nosotros nos acusan testigos protegidos que dicen cosas falsas. No tienen ninguna certeza de que hayamos participado en los hechos. En realidad, nosotros estamos acá porque a un testigo, que nadie conoce, se le ocurrió decir que nosotros éramos culpables.

Yo les digo a ustedes que nosotros nunca hemos tenido participación en hechos violentos, nosotros somos estudiantes. Yo estaba en tercero medio en el Liceo y trabajaba para poder estudiar. El año pasado, no estuve ni una semana y me fueron a buscar ahí, y ya no pude volver más. A nadie le importa todo el esfuerzo que hizo mi mamá, mi familia para que yo pudiera estudiar. El gobierno no respeta nuestro derecho de estudiar y de estar con la familia, no se nos ha respetado nada.

Tú que estuviste en huelga de hambre, ¿qué cosas se lograron?

Mi impresión es que algunas cosas han cambiado, hay otras que siguen igual, como lo que decía Cristian sobre que nos siguen aplicando la Ley a los menores. En mi caso, mi papá me pidió las medidas cautelares y aunque ganamos con dos jueces que votaron a favor y un juez que votó en contra de mi libertad, finalmente no fue así porque, como era Ley Antiterrorista,tenían que estar los tres a favor.

José, ¿podrías contarnos de ti y de por qué estás internado en este centro?

Yo soy José Ñirripil Pérez y estoy acá porque me acusan de terrorista por ser mapuche. Estoy acá por pensar diferente, porque mi cultura es diferente, porque mi pensamiento es diferente, porque soy de una comunidad que está en conflicto, de un lugar donde el Estado chileno tiene un conflicto con las comunidades porque no devuelve las tierras.

Desde que soy un niño, mi comunidad ha sido reprimida por el Estado. Estoy preso aquí porque ya no quedaba nadie más a quién detener en las comunidades. Porque todos los adultos están detenidos, ahora están deteniendo a los niños. Nos están deteniendo a nosotros y después no sé a quién van a detener.

Ya no se salva nadie en las comunidades; sólo las mujeres adultas, los ancianos, ellos se salvan. Nosotros llevamos meses aquí y tenemos para harto rato más, parahartos meses más porque la modificación que le hicieron a la Ley no se cumplió, nada nos sirvió a nosotros. A nosotros nos dijeron que no nos iban a acusar más de terroristas, pero seguimos siendo nombrados igual de terroristas. No nos tocan cautelares, nada, ningún derecho nuestro se ha cumplido.

Yo también hice huelga, pensando, creyendo que en algún momento se solucionaría todo. Bajé mi huelga de hambre porque mi familia estaba preocupada, la bajé también creyendo en el gobierno que en un momento dijo que se solucionó todo. Al final fue todo falso, fuimos engañados otra vez, fuimos engañados con falsas palabras, dijeron que nos habían quitado la Ley Antiterrorista, pero seguimos igual, seguimos aquí yquizás por cuánto tiempo más estaremos aquí detenidos.

¿Qué mensaje le darían ustedes a los jóvenes mapuche, a quienes no lo son, y que van a leer sus palabras?

Mi mensaje es que no se alarmen, que no se alarmen, que la prisión no va acallar a nuestro pueblo. Esta es una lucha y tenemos que lograrla, que no se asusten porque nos están encarcelando.

A los jóvenes les pediría que nos apoyen desde afuera, que nos apoyen de una u otra forma; a todos que nos apoyen.

Yo quiero comunicarle esto a los jóvenes: que nos apoyen, que nosotros a pesar de todo lo que estamos pasando seguimos fuertes. Que quizás por ser mapuche hoy día nos torturan, nos persiguen, pero no por esovamos a bajar los brazos.

Ojalá que esa gente que está sentada en su casa haga algo por nosotros, por que a los niños que están afuera no les pase lo mismo que a nosotros. Yo les pido que nos ayuden a obtener nuestra libertad y que nos ayuden a que a los niños como nosotros que no les suceda lo mismo, a que su familia no sufra lo mismo que está sufriendo nuestra familia.

Que nos ayuden para que no se vuelvan a cometer esas injusticias, esas torturas, esos engaños a los niños, esas persecuciones que no los dejan vivir como niños: con los derechos que todo niño debiera tener, (a estar con su familia, a poder estudiar a lograr algo de su vida). Yo le pido ayuda a toda esa gente, y apoyo. Aquí aguantaremos. Nosotros no queremos que lo que nos pasó a nosotros les pase anuestros hermanos, a nuestros hijos, ni a cualquier persona de nuestra sangre, que es mapuche.

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