La Confederacion Nacional de Mujeres Campesinas Indígenas Bartolina Sisa llamó a un "akulliku" (masticación) colectivo el 26 de enero, cinco días antes de que las Naciones Unidas se pronuncie sobre una enmienda presentada por Bolivia para levantar el veto al masticado de hojas secas de coca."Vamos a demostrar que la hoja de coca no es cocaína sino parte de nuestra cultura que debemos defender, porque nos quita el hambre, es medicina, cura enfermedades como el reumatismo y la diabetes", dijo el jueves la titular de esa organización, Felipa Huanca.
Los indígenas y organizaciones sociales que respaldan la campaña de Morales se sentarán ese día en plazas en torno de pequeños montones de hojas secas de coca y la masticarán en grupo, como suelen hacer los aborígenes bolivianos cada vez que van a realizar un trabajo colectivo.
En tanto, el canciller David Choquehuanca llegará el jueves a Gran Bretaña para solicitar apoyo al pedido de Bolivia para que la ONU se pronuncie a favor de retirar la prohibición a los usos tradicionales y ancestrales de la coca.
Choquehuanca ya estuvo en España, Francia y Bélgica y finalizará su gira en Suecia. Morales logró apoyo a su campaña de los países del Mercosur y Unasur, incluyendo Colombia, que había presentado una objeción a la propuesta boliviana según el gobierno.
La Convención sobre Estupefacientes de 1961 de la ONU prohibe la coca, considera ilegal la masticación de sus hojas y otorga un plazo de 25 años para erradicar esa práctica.
Si sólo un país objeta la propuesta boliviana el caso pasará a consideración de una conferencia internacional. El gobierno de Estados Unidos anunció que presentará una objeción.
Las hojas de coca tienen un efecto estimulante leve y un profundo valor cultural y religioso para los pueblos indígenas de los Andes. Masticada o preparada como té, contrarresta el vértigo en grandes altitudes, ayuda a la digestión y suprime el hambre y la fatiga. Los indígenas la consumen desde el tiempo de los incas.
Morales lanzó una campaña internacional tras su elección en 2005 para tratar de declarar lícita la coca, mascándola en foros internacionales y regalando artesanías con hojas de coca a funcionarios extranjeros, incluida a la entonces secretaria de Estado norteamericana Condoleezza Rice.
Washington argumenta que la enmienda pondría a la convención en la mira de cualquier nación que quisiera excluir alguna de las 119 sustancias que el documento clasifica como narcótico.
Morales dijo que no hay razón para mantener la prohibición después de más de 50 años en los que no se pudieron erradicar los usos tradicionales y terapéuticos de la coca.
Bolivia es tercer productor de coca y cocaína después de Colombia y Perú.
FUENTE DIARIO Los Tiempos
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